La historia de un país es un constructo cultural forjado, no por los reales hechos históricos, sino por quienes son capaces de crear los mitos e imponerlos al resto de la sociedad. ¿Qué certeza podemos tener respecto de acontecimientos de los cuales no quedaron registros audiovisuales como los conocemos en el presente? Los diferentes testigos presenciales transmiten siempre su personal apreciación, normalmente cargada de subjetividad.
Nuestra independencia a principios del siglo XIX ha sido relatada de acuerdo a esos mismos cánones, sin embargo, tanto los conservadores, por no convenirles, como los liberales, por temor, han ocultado el trasfondo real de dicho proceso histórico, han evitado mencionar el papel que jugó en este la masonería española, americana y chilena.
Los poderosos, actuando de consuno con la Iglesia Católica, lograron que dicha participación fuera barrida bajo la alfombra de la Historia. Construyeron un mito, de acuerdo con el cual la gesta independista se atribuyó a circunstancias fortuitas y a personajes que la improvisaron, evitando así dar crédito a la concienzuda planificación por parte de sus adversarios filosóficos, los masones. Además, enaltecieron a ciertos personajes de su conveniencia y los enfrentaron con aquellos que despreciaban.